Abraza los cardinales,
los señala desapercibida mientras avanza
oblicua al suelo que le hiere sur.
los señala desapercibida mientras avanza
oblicua al suelo que le hiere sur.
Se mueve húmeda de sangre,
empapada de gritos y todas las culpas,
como un enorme escorpión disecado
bajo el sol astillante, roedor;
se acerca a su destino vertical.
empapada de gritos y todas las culpas,
como un enorme escorpión disecado
bajo el sol astillante, roedor;
se acerca a su destino vertical.
Le inyectan diestra y siniestra,
y en el norte la verdad sarcástica
que sonríe con piedad a la mano que escribe;
y en el norte la verdad sarcástica
que sonríe con piedad a la mano que escribe;
el sur se entierra y el polvo se hace mezcla:
oro, incienso y mirra.
Convergen en su centro todas las palabras,
vorágine de eras y espacios,
oye gritos de futuro y pasado,
destino vertical,
aduana y frontera del horizonte supremo,
más gritos y miradas,
su piel áspera cuelga de los cuellos
y se sube a los techos, blanquísima.
vorágine de eras y espacios,
oye gritos de futuro y pasado,
destino vertical,
aduana y frontera del horizonte supremo,
más gritos y miradas,
su piel áspera cuelga de los cuellos
y se sube a los techos, blanquísima.
De pronto realiza el peso de su epidermia,
también ella se inclina suavemente
ante la corona de espinas.
también ella se inclina suavemente
ante la corona de espinas.
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