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Feminalímetro

“¿Qué edad crees que tengo?”,
me preguntó con una simpática amenaza.

Si quisieras saber la edad
de alguna mujer, primero
le pedirás que desnude
ambas manos y pies.
Toma nota, aventurero,
pues este ancestral secreto
no vino de ningún viejo
que de la misma mujer:

Sus pies se van desgastando,
como la luz de una estrella,
por caminar entre piedras.
Ella va andando con la vista
lo que luego sus pies hollarán,
su dolor cantando al mañana
y sus dulzuras al ayer.

Igualmente advertirás,
con tus ojos detectives,
que apuñando los anuarios
con sus tibias manos va.
La mujer toma la vida
con ambas manos despiertas,
y crea mil formas geniales
la detallista orfebrera.
Ella aplaude con sus manos,
y con sus palmas trabaja,
forja con ellas futuro,
el lejano que nos caza.

Pero no busques, te advierto,
en su rostro o en su vientre:
dueña de sí, con su cuerpo
toca el aire, la mujer.

Comentarios

  1. Ver sus manos. Un vistazo rápido del tiempo: una niña, una joven, una mujer... mejor ver sus manos que su cuerpo, te dirán mas que un libro abierto, sus cicatrices, cada arruga, cada dedo es un capitulo.
    Lo más curioso es que muy pocos ven el Feminalímetro.
    tal vez soy un poco retorica, pero no pude evitar enamorarme de las palabras.

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    Respuestas
    1. Gracias, Abril, por tus amables comentarios. Pues sí, las palabras salen al mundo para que uno se enamore de ellas.
      Me alegra que te haya gustado.

      Eliminar

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Las lágrimas

Tengo las lágrimas llenas de gritos, ¿Las ves? Escúchalas como se desbaratan los puñitos contra las paredes de las gotas. No las dejo salir porque rompen todo. Uno puede construir bien un palacio o un teatro que si alguna de esas hijas de Ares se asoma, lo destruye sin que medien razones. ¿Me creerías que las muy malditas son capaces de culparme por todo? Como no podrían hacer mayor daño con esas manitas diminutas, usan las mías y me las devuelven rotas, ensangrentadas, llenas de concreto o de sangre ajena. No tienes idea de lo difícil que es escribir cuando se te aferran por docenas a las pupilas, y ves todo como si estuvieras miope terminal. Parece que le tienen un pavor extintivo a que yo me siente, escriba y olvide.

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