Como un pulmón universal Que se atraviesa delante de las olas, Volando y jugando delante de las olas, Fingiendo ser estrella delante de las nubes, Aprisionando con sus labios las brasas del tiempo, Como un retumbo de ulteriores púrpuras gastados, Se infla y resopla, ardiente de noviembres, Deseosa de venganza, plácida y definitiva. Las gaviotas que hacen círculos dentro de cada lágrima Se arrebolan y laten en desorden, Golpeando las paredes tensas que parecen romperse, Hasta que al fin la esfera de espejos estalla, Brincando en mil espejitos que viajan hacia la nada. En el fondo de los cielos, Canta un dios de plata. Como un pulmón universal Se abrazan a su madre, Delante de las olas, Y se deshacen en mimos Muriendo mientras cantan un son imperceptible. En el fondo de los cielos, Canta un dios de plata.